Ñublense prendió la caldera: tres victorias al hilo y la hinchada ilusioná’
Ñublense anda con la mecha prendida. Los chillanejos le pegaron otro golpe de infarto al torneo y vencieron 1-0 a Palestino, metiendo su tercera victoria consecutiva. Y ojo: todas por la mínima, puro sufrir hasta el último minuto.
La fiesta empezó tempranito: al 4’, Lorenzo Reyes metió un pase de novela pa’ que Gabriel Graciani la mandara a guardar con categoría. El estadio explotó y la hinchada se ilusionó con que los rojos se sacan la mala racha.
Pero no todo fue baile. Antes del entretiempo, Federico Mateos se mandó una plancha brava y lo echaron altiro. Desde ahí, Ñublense aguantó con diez el vendaval árabe, que buscó y buscó el empate, pero nunca pudo.
Al final, el pitazo fue como un gol más: desahogo total en el Nelson Oyarzún, con cánticos, abrazos y la fe intacta de que los Diablos Rojos quieren más.
