Hacinamiento, violencia y abandono: la dura realidad de la cárcel de Chillán que exige traslado inmediato
En una reunión con el ministro de Justicia, Jaime Gajardo, el gobernador regional de Ñuble, Óscar Crisóstomo, reiteró la urgencia de concretar el traslado de la cárcel de Chillán, una promesa postergada por décadas que hoy se vuelve insostenible ante el hacinamiento y la creciente inseguridad dentro del penal.
“Ya es tiempo”, afirmó Crisóstomo, quien advirtió que las condiciones actuales del recinto penitenciario representan un riesgo tanto para gendarmes como para los internos.
“No sólo se trata de su ubicación en plena zona urbana, sino de los constantes episodios de violencia que afectan a quienes viven y trabajan al interior de la cárcel”, enfatizó.
Durante el encuentro, la autoridad regional recalcó que ya existen informes técnicos y terrenos evaluados, por lo que la decisión de avanzar está únicamente en manos del Gobierno Central.
“La etapa de análisis está agotada. Lo que falta ahora es voluntad política para dar el paso y terminar con esta promesa incumplida”, señaló.
Crisóstomo pidió que la cárcel de Chillán sea incorporada en el cronograma nacional de recintos concesionados, lo que permitiría avanzar de manera concreta en su reubicación.
“La peor decisión es no hacer nada. Eso perjudica el desarrollo de Ñuble y vulnera los derechos de gendarmes y personas privadas de libertad. No podemos seguir esperando”, cerró.
