Feliz cumpleaños, querida Radio Ñuble

Mucho antes de tener claro a qué me iba a dedicar en la vida, ya había algo que me marcaba profundamente: la radio. Pero no cualquiera. La Radio Ñuble. La más antigua de la región, sí, pero también la más entrañable.
Porque está hecha del corazón de su gente. De esas voces que informan, que consuelan, que celebran, que acompañan.
En mi familia eso se vive de forma especial. Mi abuelo, Hernán Vaccaro, fue uno de los pilares de esta emisora. Su legado no solo está en la memoria, está vivo en cada rincón de esa galería donde aprendí lo que era trabajar con rigor, con pasión, con compromiso.
Esa herencia la ha seguido cuidando con amor mi tía María Eugenia, con una dedicación que siempre he admirado.
Mis primeras experiencias laborales fueron ahí. Con nervios, con ganas de hacerlo bien, con el honor y respeto de estar en un lugar donde pasaron tantas cosas importantes.
Aprendí a escribir, a editar, a leer una noticia con sentido. Aprendí que la responsabilidad de informar no es solo técnica, es también ética. Y aprendí que las raíces importan. Que lo que uno hereda también se honra trabajando.
Hoy, a 89 años de su fundación, solo tengo palabras de gratitud para Radio Ñuble. Porque me formó. Porque me sigue inspirando. Porque es parte esencial del alma de esta región.
Feliz cumpleaños, querida Radio Ñuble. Gracias por tanto. Y que nunca se apague tu señal.