El “pipeño legal” ya es una realidad: Ñuble impulsa a pequeños viñateros

n un nuevo paso para rescatar y valorizar el patrimonio campesino, Ñuble celebró la segunda inscripción oficial de pipeño en el Registro Nacional de Bebidas Alcohólicas.
El protagonista es Felizardo Barriga, pequeño vitivinicultor de Quillón, quien inscribió 2.600 litros bajo su marca La Guarida del Pipeño, convirtiéndose en el primer certificado de la comuna y segundo del país.
Este avance es posible gracias a la normativa impulsada por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), que desde 2023 permite a pequeños productores y cooperativas de Ñuble, Biobío y Maule inscribir legalmente este tradicional producto.
El pipeño certificado se elabora a partir de la fermentación parcial del mosto de uva y no alcanza los 11,5° de alcohol necesarios para ser considerado vino, pero destaca por su dulzor y aroma natural.
“El objetivo es dar valor a productos tradicionales y permitir su venta en igualdad de condiciones frente a bebidas industriales”, explicó el director regional del SAG, Osvaldo Alcayaga.
Oportunidad para viñateros y sabor con identidad territorial
Para Barriga, este es un paso clave: “Nos permite competir con las grandes viñas. Este pipeño da valor a nuestras uvas y abre un nuevo mercado para los pequeños”. Junto a José Neira de Guarilihue —primer certificado nacional— y un productor en Ránquil que ya tiene su inscripción aprobada, la región comienza a consolidar un nuevo polo de producción con identidad.
Desde Indap y la Cooperativa Coovicen valoraron el avance. “Dimos una batalla de años por esta certificación. Es un triunfo para el campo”, dijo el vitivinicultor Eduardo Carrasco. Patricia Zambrano, jefa de Indap Bulnes, agregó que estas certificaciones “abren caminos reales de comercialización con respaldo técnico y sanitario”.
Quillón alza la copa
El alcalde de Quillón, Felipe Catalán, destacó el impulso que esta iniciativa da al campo local: “Demuestra que nuestras viñas están vivas, fuertes y producen verdaderos manjares para el paladar chileno”.
Con esta certificación, Ñuble no solo lidera en número de registros, sino que marca la pauta en la defensa y promoción de una bebida tradicional que vuelve con fuerza, bajo normativas claras y con identidad local.