Diabetes tipo 2 acelera la fragilidad en adultos mayores: alerta médica por riesgos que amenazan su autonomía
El avance de la diabetes mellitus tipo 2 en Chile está impactando de manera directa en la salud de los adultos mayores, no solo por sus conocidas complicaciones cardiovasculares, sino también por su vínculo con el desarrollo acelerado del síndrome de fragilidad.
La fragilidad se caracteriza por la pérdida de masa muscular, menor resistencia física y una mayor vulnerabilidad frente a eventos de salud. Según la nutrióloga Paulina Andrade, de Clínica RedSalud Providencia, esta relación es especialmente preocupante cuando la enfermedad aparece temprano.
Andrade explica que la diabetes temprana puede acelerar la fragilidad, generando pérdida de musculatura y aumentando el riesgo de hospitalizaciones y dependencia. Indica que la combinación de glucosa elevada, inflamación, sedentarismo y deterioro muscular crea un círculo vicioso que afecta la autonomía de las personas mayores.
La especialista señala que algunos hábitos frecuentes en Chile agravan este panorama. Menciona que el país registra altos niveles de sedentarismo, superiores al 80%, además de un consumo elevado de pan y patrones alimentarios poco saludables. Factores que intensifican tanto la diabetes tipo 2 como la fragilidad.
Para enfrentar este escenario, la nutrición estructurada y el ejercicio de fuerza toman un rol central. Andrade destaca que en muchos casos es posible controlar la diabetes solo mediante mejoras en la alimentación y la actividad física. Recomienda una dieta ordenada en porciones y horarios, una hidratación adecuada y ejercicios de fuerza que pueden realizarse incluso en casa utilizando elementos cotidianos.
La especialista también aborda los tratamientos disponibles. Señala que existen fármacos como los análogos GLP-1, que además de controlar la glicemia ayudan a bajar de peso y ofrecen beneficios cardíacos y renales. Sin embargo, advierte que en personas mayores frágiles debe evitarse el riesgo de hipoglicemia. Por ello, recomienda evitar medicamentos como la glibenclamida o esquemas complejos de insulina, privilegiando opciones más seguras como la metformina o la vildagliptina.
